El hecho ocurrió el pasado 9 de octubre del presente año,
donde la gestante Maribel Cáceres acudió al Centro de Salud de Andarapa para
dar a luz.
Sin embargo, fue referida al Hospital de Andahuaylas para
las atenciones correspondientes, y una vez estando en el nosocomio el
ginecólogo de turno realizó la ecografía a la gestante, y dio la orden de
realizar parto natural.
Fue durante el trabajo de parto que este se complicó porque
el bebé era grande y se demoraba mucho para terminar de nacer por el conducto vaginal.
Por lo que las obstetras al ver que la criatura se estaba
ahogando, forzaron para sacarlo y en ese procedimiento fracturaron su bracito,
naciendo muy mal por lo que tuvo que ser reanimado de inmediato.
La madre de familia y el bebé fueron internados en el
monomio en referencia por más de un mes con la misma condición y cuadro. Pese a
ello le dieron de alta como si nada hubiera ocurrido.
En tanto, se desconoce las razones por el que el ginecólogo
de turno les dio de alta a pesar que el bebé se encuentra delicado de salud y
no hay garantías de que sobreviva en esas condiciones.
En la actualidad, el pequeño es prácticamente abandonado a
su suerte con el brazo fracturado y el pulmón con insuficiencia respiratoria y
no puede ser atendido por el centro de salud de Andarapa, porque este
establecimiento no cuenta con el área de neonatología.
De acuerdo a estas primeras informaciones, se trataría de
una presunta negligencia médica del ginecólogo de turno, quien no cumplió con
todas las evaluaciones de crecimiento fetal, tamaño, altura uterina y otros procedimientos antes de autorizar el
parto vaginal.
Es importante que el director de esta institución de salud
se pronuncie documentadamente sobre este indignante hecho, y no trate de
blindar a sus colegas que se aprovechan de la gente humilde de las comunidades
y distritos de Andahuaylas.