Juan Matías Chilingano y sus dos hijos fueron entregados por un comité de autodefensa a familiares de las víctimas; desde entonces no se sabe nada de ellos.
Chincheros, 20 de mayo 2025.- La desaparición de tres integrantes de una familia originaria del distrito de Ranracancha, en Apurímac, ha encendido las alarmas en la región sur del país. Se trata de Juan Matías Chilingano Quispe (65) y sus dos hijos, Edwin (27) y Alex Chilingano Pérez (19), quienes fueron acusados del presunto asesinato del ingeniero Jesús Quintanilla Mendoza y la profesora Aydé Sosa Figueroa.
Los hechos se remontan al distrito de Tambo del Ene, en la
provincia de La Convención, región Cusco, donde la familia Chilingano se había
asentado hace más de diez años. Allí, trabajaban en labores agrícolas en el
centro poblado de San Jerónimo Baja, específicamente en una chacra que
administraban como medio de subsistencia.
De acuerdo con testimonios de familiares, Juan Matías y sus
hijos habían trabajado durante seis años al servicio de Aydé Sosa, encargándose
del mantenimiento de su hacienda y de terrenos que también habían adquirido por
cuenta propia.
Sin embargo, tras el hallazgo de los cuerpos del ingeniero
Quintanilla y la profesora Sosa, la familia de las víctimas los señaló
directamente como responsables. El Comité de Autodefensa Local (CADS) procedió
entonces a su captura, durante la cual habrían sido torturados y privados de
libertad. Posteriormente, fueron entregados a los familiares de los fallecidos,
sin la intervención de las autoridades judiciales.
Desde ese momento, no se tiene información sobre el paradero
de Juan Matías, Edwin y Alex. Sus familiares denuncian una posible desaparición
forzada y exigen la intervención urgente del Ministerio Público y la Defensoría
del Pueblo.
La situación revela nuevamente los peligros de la justicia
por mano propia en zonas donde el Estado tiene presencia limitada, así como la
urgente necesidad de garantizar el respeto al debido proceso, incluso en
contextos de profunda conmoción social.