En blanco y negro. Los gastos reservados para actividades y operaciones de Inteligencia y de contrainteligencia también experimentaron un incremento. Expertos afirman que, a diferencia del régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, la inteligencia no está centralizada en una sola persona y los gastos secretos son fiscalizados.
Sede de la DINI. Fue durante el gobierno de Ollanta Humala que el organismo de inteligencia tuvo el mayor presupuesto.
En el 2010, el 72,5% del gasto de la DINI se destinaba a
estas funciones mencionadas. En el 2022, en el gobierno de Castillo, ahora
representa el 78,7%.
La última reconfiguración importante de la DINI se produjo
mediante el Decreto Legislativo 1141, publicado el 11 de diciembre del 2012, de
Fortalecimiento y Modernización del Sistema de Inteligencia Nacional (SINA) y
la DINI.
Como indica la norma, la DINI es entidad rectora de los
“organismos y órganos del Estado funcionalmente vinculados, que producen
Inteligencia Nacional, Inteligencia Militar e Inteligencia Policial, y ejecutan
medidas de contrainteligencia en las áreas de su responsabilidadâ€. Es un
esquema muy diferente a la organización que impusieron Fujimori y Montesinos.
Aunque la DINI también cuenta con “fondos reservadosâ€.
“Todo órgano de inteligencia tiene gastos de fondos
reservados que están establecidos por la ley. Con la caÃda del SIN, estos
fondos se redujeron al mÃnimo, pero durante el gobierno del expresidente
Ollanta Humala aumentaron considerablemente las partidas porque se destinaron a
comprar equipos de interceptación telefónica para la lucha contra el crimen
organizado. Es importante indicar que estos fondos pueden ser perfectamente
auditados por la Comisión de Inteligencia del Congreso, en sesión de carácter
reservado y con asesores juramentados. Todo es fiscalizable. La propia DINI
cuenta con un órgano de la ContralorÃaâ€, explicó el exdirector de la Escuela
Nacional de Inteligencia Andrés Gómez de la Torre.
Cuenta la
historia
El 4 de enero del 2006, el mandatario Alejandro Toledo
dispuso la creación de la DINI sobre las ruinas del Servicio de Inteligencia
Nacional (SIN) y el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI). El 16 de setiembre
del 2000, 48 horas después de la difusión del vladivideo del pago de la coima
del entonces asesor presidencial Vladimiro Montesinos al congresista Alberto
Kouri, el presidente Alberto Fujimori anunció la desactivación del SIN.
El 5 de junio del 2001, cuando gobernaba el mandatario ValentÃn Paniagua en reemplazo del fugado Fujimori, se creó el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI), que luego se convertirÃa en la DINI en el 2006. Empero, no fue fácil el tránsito del SIN a la DINI.
En 1991, Fujimori centralizó y puso bajo control del jefe
del SIN a las direcciones de inteligencia del Ejército, la Marina (DIN), la
Fuerza Aérea (DIFAP), la PolicÃa Nacional (DIRIN), del Ministerio del Interior
(DIGIMIN) y del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
El pretexto fue unificar las fuerzas de inteligencia para
combatir el terrorismo, pero Fujimori y Montesinos y sus cómplices usaron el
esquema para perseguir, espiar y amedrentar a los opositores. Los jefes del SIN
solo actuaban como pantalla, siendo Montesinos el verdadero titular en la
sombra, quien despachaba personalmente con Fujimori. Bajo este esquema actuó el
Destacamento Colina, integrado por oficiales de la Dirección de Inteligencia
del Ejército (DINTE) y agentes del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE),
autores de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta.
Para financiar las actividades criminales y clandestinas del
SIN, Fujimori autorizó el desvÃo de dinero de los presupuestos asignados a los
institutos armados, con destino a los llamados “fondos reservados†que manejaba
exclusivamente Vladimiro Montesinos, sin rendir cuentas.
El
corazón de la DINI
Con ese dinero se financiaron las campañas reeleccionistas
de Fujimori, se le pagó sobornos a los propietarios de medios de comunicación,
se compró a una docena de diarios ‘chicha’ y se coimeó a los llamados
congresistas tránsfugas para engrosar la bancada oficialista, como fue
documentado y acreditado judicialmente.
Ahora es
muy diferente.
El extitular de la DINI durante el segundo gobierno de Alan
GarcÃa (2011-2016), el general PNP en retiro Danilo Guevara Zegarra, precisó
que las actividades de inteligencia están claramente definidas por las normas
vigentes.
“La DINI tiene establecido un canal de inteligencia por el
cual hace llegar sus informes al presidente y a otros altos funcionarios de
organismos públicos en forma segura, oportuna y permanente. Por ley el jefe de
la DINI debe despachar periódicamente con el presidente. La inteligencia que
procesa y difunde está plasmada en diversos documentos clasificados que obran
en sus archivosâ€.
Preguntado si la DINI cumple funciones operativas, el
general Danilo Guevara confirmó que asà es, y que está normado.
“La DINI tiene una Dirección de Inteligencia y otra de
Contrainteligencia que debe hacer acciones de búsqueda y obtención de
informaciones dentro del Plan Anual y los principios de legalidad, pertinencia
y respeto al orden democráticoâ€, contestó Guevara.
El exjefe de la DINI también confirmó que este organismo de inteligencia recurre a los “gastos reservadosâ€, pero que debe rendir cuentas ante diferentes instancias.
“Los gastos reservados sirven para solventar la adquisición
de tecnologÃa y el pago de operaciones reservadas. Estas actividades se
ejecutan en el marco de una directiva interna que establece los mecanismos de
administración y en el cual intervienen diversos escalones. Por eso, es natural
que más del 70% del presupuesto se destine a las direcciones operacionales
porque constituyen el corazón y la razón de ser de la DINI. Ahora, por mandato
legal, la ContralorÃa y la Comisión de Inteligencia del Congreso deben
fiscalizar los gastos y evaluar la calidad de la inteligencia obtenidaâ€,
subrayó el general Guevara.