El premier Aníbal Torres envió un oficio al presidente del
Congreso, José Williams Zapata, para que los convoque en el próximo pleno a fin
de que pueda plantear una cuestión de confianza (CC) para que se debata y,
eventualmente, apruebe el proyecto de ley 1704/2021 PE, que deroga la Ley
31355. Esta norma impide que la PCM haga cuestión de confianza sobre reformas
constitucionales.
El sorpresivo pedido, a días de la llegada de la misión de
la OEA, generó controversia entre políticos y especialistas, toda vez que la
Ley 31355 fue validada por el Tribunal Constitucional (TC) y muchos consideran
que el pedido no tiene fundamentos jurídicos y es un primer paso del Ejecutivo
para el cierre del Congreso, pues con dos cuestiones de confianza rechazadas
podría cerrar el Parlamento.
Mediante esa ley, el Legislativo establece una
interpretación de la cuestión de confianza, regulada en los artículos 132 y 133
de la Constitución, señalando que “la facultad que tiene un ministro y el
presidente del Consejo de Ministros de plantear una cuestión de confianza está
referida a materias de competencia del Poder Ejecutivo relacionadas
directamente a la concreción de su política general de Gobierno, no
encontrándose, entre ellas, las relativas a la aprobación o no de reformas constitucionales
ni las que afecten las competencias del Congreso”.
Para congresistas ligados al Gobierno como Silvana Robles
(Perú Libre), la Ley 31355 limita una prerrogativa constitucional del
Ejecutivo, alterando el equilibrio entre poderes y “tratándose de un PL
ordinario (1704/2021-PE) y no de reforma constitucional, la CC es procedente”.
Guillermo Bermejo (Perú Democrático) sostuvo que el pedido
de Aníbal Torres es “porque el Congreso cambió su reglamento para blindarse y
puede declarar improcedente de oficio el mecanismo”.
El constitucionalista Omar Cairo advierte que el premier
plantea “que se apruebe la ley derogatoria, que no es una ley de reforma
constitucional. Si el Congreso aprueba, la ley queda derogada y el gabinete
continúa en su cargo. Si no la aprueba, el gabinete perdería el cargo en su
integridad”.
Añade que, en buena cuenta, el primer ministro “está
pidiendo que se derogue la Ley 31355 que el TC ha dicho es válida, pero eso no
quiere decir que no pueda ser derogada. Puede ser derogada por el Congreso por
iniciativa de congresistas, del presidente de la República y del premier. Si el
Congreso lo deroga no estaría contradiciendo al TC”.
El documento suscrito por Aníbal Torres sostiene que la
iniciativa del Gobierno para derogar la Ley 31355 fue propuesta el 8 de abril
último y aún no cuenta con dictamen de la Comisión de Constitución, pese a que
el artículo 105 de la carta magna establece que los proyectos del Ejecutivo
deben ser atendidos con urgencia.
“A pesar de ello, y de haber sido reiterada su prioridad
mediante oficio, de fecha 2 de noviembre del 2022, sigue sin ser atendido. Por
lo tanto, exigimos que sea exonerado del trámite en comisiones”, dice el oficio
enviado al titular del Legislativo.
El exministro del Interior José Elice advierte que Aníbal
Torres aún no ha presentado la cuestión de confianza. “Ha anunciado que la
presentará y, por ello, solicita ser recibido por el Congreso, porque el
reglamento establece que solo puede ser presentada de manera presencial ante el
Pleno”, indicó.
Para el congresista no agrupado Carlos Anderson se trata de
una nueva amenaza vacía del inefable “experto jurídico” Aníbal Torres. “El
Ejecutivo no puede hacer cuestión de confianza por temas que son de exclusiva
responsabilidad jurisdiccional del Congreso, y menos aún exigir que el Congreso
se someta a la voluntad del premier”, escribió en su cuenta de Twitter.
Mientras que el congresista Luis Aragón (AP) consideró que
“no se debe convocar a un pleno para atender el pedido (del premier), lo que
tiene que hacer el Congreso es contestar y decirle que se verá oportunamente en
la Comisión de Constitución”.
Susel Paredes (Integridad y Desarrollo) considera que el
pedido no tiene fundamento legal y es una forma de presionar al Congreso. “Que
se agende y de acuerdo a los votos se verá dónde va”, apuntó.
La cuestión de confianza que disolvió el Congreso el 2019
Esta es la primera cuestión de confianza que se plantea en
el gobierno de Pedro Castillo. La anterior se produjo en setiembre del 2019
cuando Martín Vizcarra presentó cuestión de confianza al Congreso para aprobar
cuatro proyectos de reforma judicial y política. Reclamó que en cuarenta días
ninguno hubiera obtenido dictamen de una comisión.
Luego, Salvador del Solar llegó al Pleno y planteó la
cuestión de confianza por el proyecto del Ejecutivo que modificaba las reglas
de elección de los magistrados del Tribunal Constitucional (TC). Pero el
Congreso siguió con la elección. Luego debatieron y aprobaron la cuestión de
confianza, pero Vizcarra ya había decidido su disolución constitucional.
Datos
OEA. La cuestión de confianza es una maniobra política ante
la llegada de la misión de la OEA, señaló Susel Paredes.
Eje 6. Según Betsy Chávez, se busca aplicar el eje 6 de la
Política General del Gobierno.
Reacciones
Juan de la Puente, analista
“Que el Gobierno intente una cuestión de confianza para
derogar una ley aprobada por el Congreso y constitucionalizada es un imposible
jurídico. Sería un Gobierno con función derogatoria indirecta”.
Guillermo Bermejo, congresista
“Torres presenta cuestión de confianza para regular la
relación Ejecutivo/Legislativo. Esto es porque el Congreso cambió su reglamento
para blindarse y puede declarar improcedente de oficio el mecanismo”.
Rosa María Palacios, abogada
“Cuestión de confianza para derogar ley validada como
constitucional por el TC, que modificó la cuestión de confianza y que impide
que el PCM haga cuestión de confianza sobre reformas constitucionales. No
procede”.