La final no está cerrada. El FBC Melgar ganó 1-0 a Alianza Lima, pero el sábado a las 8.00 pm deberá jugar la revancha en Matute. Un triunfo o un empate le servirán para ser campeón, si es que pierde por diferencia de un gol habrá definición por penales, si la caída es por más de dos goles será subcampeón.

Más de 35 mil personas poblaron las cuatro tribunas del Monumental Arequipa en un partido que fue trabado, sin muchas ocasiones de gol, pero si con la presión de saber que solo se jugaron los primeros 90 minutos.

Alianza Lima complicó el partido de los melgarianos cerrando sus filas en defensa y en medio campo. Con un planteamiento de 4-4-2, en el que Lavandeira también aportó en la marca, hizo difícil que la ofensiva local pueda penetrar por el medio e inclusive por los costados.

Si se suma la lentitud en la salida de los jugadores rojinegros, era claro que las posibilidades de gol iban a ser mínimas. La visita esperó y esperó en su cancha. El primer tiempo pasó solo con una clara posibilidad de Cuesta con remate de cabeza, luego hubo mucha marca en medio campo por lo que el fútbol no fue fluido, los hinchas no disfrutaron de un partido de ida y vuelta como seguramente esperaban en una definición.

Lo mismo en la segunda mitad. Melgar volcado al ataque, pero con paciencia y lentitud no iba a lograr la ventaja. Tenía que aparecer una jugada individual para desequilibrar a la defensa íntima.

Cuesta, el goleador desbordó por la izquierda y mando un misil al área, fue autogol de Vílchez pero para los hinchas fue todo de su ídolo. Se jugaba el minuto 75′ del compromiso. La jugada fue dudosa por posición adelantada. Las tribunas empezaron a rugir impulsando al equipo a sacar una mejor diferencia. El triunfo vale pero la amplitud en el marcador mucho más.

Lavallén sacó del campo a Arias, Bordacahar y Orzán, el último muy cerca de la expulsión porque se ganó tontamente la amarilla y tenía hasta tres fuertes faltas encima

El DT los cuidó para la revancha. Con Cabrera, Archimbaud y Tandazo, tuvieron más la pelota en medio campo, pero con poca profundidad fue difícil ampliar el marcador.

En cambió, Alianza tuvo dos contragolpes que pudieron servir para la igualdad, Barcos falló solo frente al pórtico rival, la mandó a norte donde hubo un buen número de aliancistas que no le reprocharon nada.

Mientras tanto, en su arco, estuvo Angelo Campos haciendo pasar los minutos fingiendo dolores musculares o retrasando el despeje desde su área. Michael Espinoza, de mal desempeño, le mostró amarilla por lo que la última parte del cotejo jugó condicionado.

La llave no está cerrada. Miles de hinchas íntimos, esperan a Melgar en su estadio y con la confianza de que el resultado de Arequipa se podrá dar vuelta.