Un mar de lágrimas, mucho llanto se vio en los cementerios del valle del Chumbao
El valle del Chumbao se vistió de luto y dolor el último fin de semana, mientras miles de hombres y mujeres se congregaron en los tres cementerios de la zona para despedir a las siete víctimas del reciente accidente ocurrido en Kishuara. La tragedia se desató cuando una combi de la empresa El Paurimeño regresaba de Abancay a Andahuaylas, llevándose la vida de quienes viajaban en busca de atención médica.
Entre los fallecidos se encontraba Richard Alcarraz Hurado,
natural de Talavera, conocido por su afición a los gallos. Fue despedido por
compañeros de trabajo de la municipalidad distrital de Talavera, dejando atrás
a su esposa y dos hijos menores que ahora quedan huérfanos.
En el cementerio del distrito de San Jerónimo, se llevaron a
cabo las ceremonias de sepultura de la profesora Hilda Rene Layseca Gamarra y
su compañero de vida, el docente Alberto Altamirano Medina. La multitud que
acudió a rendirles homenaje los recordó como personas de gran bondad y
dedicación a la educación.
La profesora Diofila Cabezas Cochayhua, quien trabajaba en
la Institución Educativa de Chillcaraccra en Talavera, también fue víctima del
accidente. Ella deja dos hijos menores, y su entierro se llevó a cabo en el
cementerio de Andahuaylas.
El conductor del vehículo siniestrado, Santos Hurtado,
recibió un emotivo recibimiento en su natal Pacobamba, donde fue enterrado el
sábado 19 de octubre. Sus restos fueron trasladados el viernes 15.
Asimismo, Víctor Quispe Chiquillan y Alejandra Pérez Leguía,
quienes también perdieron la vida en el accidente, fueron sepultados en el
distrito de Santa María de Chicmo. Es importante destacar que Víctor Quispe,
pastor evangélico, había realizado previamente una acción solidaria al ayudar a
llevar a una paciente al Hospital Diospi Suyana.
En total, cinco de los pasajeros del trágico accidente
regresaban de Abancay a Andahuaylas para recibir atención médica en el Hospital
Essalud, pero lamentablemente nunca lograron llegar a casa con vida. Esta
tragedia ha dejado una profunda huella en la comunidad, que se une en su dolor
por la pérdida de seres queridos.