Pretensión de demoler el Histórico Guillermo Días De La Vega cada día que pasa pierde fuerza
En un ambiente festivo y de júbilo, el Hospital Regional Guillermo Díaz de la Vega de Abancay celebró su 61º aniversario, una fecha significativa para el servicio de salud de la región Apurímac. Sin embargo, la alegría de esta conmemoración estuvo marcada por un panorama incierto. La infraestructura del hospital se encuentra en la cuerda floja, ya que está prevista para ser demolida con el objetivo de dar paso a la construcción de un nuevo hospital de alta complejidad, el Guillermo Díaz de la Vega III-1.
El gobernador regional, Percy Godoy Medina, ha estado al
frente de los esfuerzos de socialización sobre el proceso de demolición y la necesidad
de no adquirir terrenos nuevos para la edificación del nuevo hospital. La obra
contará con una inversión de más de mil millones de soles y se ejecutará bajo
la modalidad de gobierno a gobierno (G2G), un modelo que ha generado
controversia y desconfianza. Si bien la iniciativa promete beneficiar a más de
480 mil apurimeños, las dudas sobre su viabilidad son evidentes, ya que no
existe un presupuesto certificado para respaldar el convenio. Además, el modelo
G2G solo implica la gestión del proyecto por parte del país prestatario, sin
garantizar una ejecución efectiva en el terreno.
Durante la ceremonia central por el aniversario, que contó
con la presencia de autoridades locales, trabajadores del hospital y
funcionarios de la DIRESA Apurímac, se ofrecieron representaciones culturales
apurimeñas y se celebró el solemne acto de izamiento de la bandera. No
obstante, la comunidad apurimeña no puede evitar preguntarse si el futuro del
hospital será tan brillante como el presente de su aniversario o si la incertidumbre
que rodea a su reconstrucción terminará empañando las esperanzas de los
habitantes de la región.
A pesar de la festividad, es innegable que el futuro del
Hospital Regional Guillermo Díaz de la Vega depende de resolver muchas de estas
incógnitas. El bienestar de la población apurimeña y la confianza en los
proyectos de infraestructura sanitaria son cuestiones que no deben ser tomadas
a la ligera.