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¡LA ANEMIA DISPARA AL 58.7%! 59 DE CADA 100 NIÑOS EN APURÍMAC AFECTADOS

Lamentable, mientras nuestras autoridades dieron prioridad a la fiestas don consumieron miles de cajas cerveza y cilindros de alcohol.

La alarmante cifra de 58.7% de anemia en niños menores de tres años en Apurímac, reportada por la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2024, marca un hito histórico y catastrófico para la región. Esta cifra revela un problema de salud pública sin precedentes que tendrá repercusiones devastadoras en el futuro de nuestros niños: dificultades para aprender a leer, resolver problemas matemáticos y, en general, un desarrollo físico e intelectual comprometido.

 

La anemia no solo afecta la capacidad cognitiva de los niños, sino que también incide directamente en su bienestar social y emocional. Con una tasa de anemia alarmante, el panorama para la niñez apurimeña es desolador, pues los niños afectados enfrentarán obstáculos a lo largo de su vida escolar, limitando su rendimiento y potencial. Los desafíos académicos y de desarrollo personal se incrementarán, haciendo más difícil que puedan alcanzar una educación integral y de calidad.

 

A este grave problema se le suma un panorama aún más sombrío: Apurímac ocupa el primer lugar en el Perú en cuanto a violencia familiar y contra la mujer, con un 63.8% de incidencia, lo que refleja una crisis social que exige una acción urgente y decisiva. Esta doble problemática muestra la inoperancia de las autoridades y gobiernos locales, que han priorizado fiestas y eventos populistas, en lugar de centrarse en lo realmente importante: la salud y el desarrollo integral de los niños.

 

Es evidente que muchas autoridades han fallado en cumplir con su deber de implementar políticas públicas efectivas que realmente impacten la vida de los apurimeños. La obsesión por realizar fiestas o aniversarios se ha convertido en un ejercicio político vacío, mientras se ignoran las necesidades urgentes de la población, especialmente las de nuestros niños. La salud y el futuro de los menores deben ser la prioridad, no las agendas políticas ni el populismo.

 

Es hora de que las autoridades se cuestionen cuál es la verdadera prioridad para Apurímac. ¿Celebrar fiestas o asegurar un futuro saludable para nuestros niños? Es necesario que la gestión política deje de lado intereses personales y partidarios y se enfoque en implementar soluciones efectivas que combatan la anemia y otras problemáticas sociales.

 

¡Este es un llamado urgente! Los niños de Apurímac no pueden esperar más. Cada día que pasa sin una intervención efectiva es un día más de daño irreversible para la niñez. El Estado tiene la responsabilidad de garantizar su bienestar y desarrollo, y no se puede seguir ignorando esta crisis. La salud y el futuro de nuestros niños deben ser la prioridad de todos.

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