El General Francisco Vargas Adonaire, jefe del Frente Policial de Apurímac, ofreció una conferencia de prensa para informar sobre los resultados de la necropsia realizada a Johan Sequeiros Acero, un joven de 26 años que falleció en la Comisaría de Abancay. La autopsia reveló que la causa de muerte fue un edema cerebral y un edema pulmonar por broncoaspiración, provocados por un esparadrapo y algodón encontrados en su cavidad bucal.

Vargas Adonaire explicó que, hasta el momento, no se ha determinado cómo estos elementos llegaron a la boca del joven, lo que le causó la asfixia. Resaltó que el Ministerio Público está llevando a cabo una investigación exhaustiva, incluyendo la recolección de peritajes y la revisión de las grabaciones de las cámaras de videovigilancia de la comisaría y del calabozo.

El general descartó la posibilidad de que Sequeiros Acero hubiera sido víctima de tortura durante su detención, afirmando que el joven convulsionó mientras dormía junto a otros detenidos. Sin embargo, la fiscalía deberá determinar si el agente responsable del control del calabozo omitió alguna función o incurrió en negligencia, dado que existen registros visuales del incidente.

Johan Sequeiros, estudiante de Derecho en la Universidad Tecnológica de los Andes (UTEA), fue detenido por la Policía Nacional presuntamente por conducir un vehículo en estado de ebriedad. Horas después de su arresto, fue encontrado sin vida en la carceleta ubicada en el Jr. Huancavelica.

Familiares y amigos del joven han organizado plantones y han anunciado una vigilia para exigir una investigación profunda que aclare las circunstancias de su muerte y determine responsabilidades, dado que el joven se encontraba bajo custodia policial en el momento de su fallecimiento. La comunidad está en expectativa de los resultados de la investigación, que podría tener implicaciones significativas para la institución policial y el manejo de detenidos.