Comportamiento del alcalde es muy descarado, por no dar continuidad a lo avanzado por su antecesor sr alcalde Adler Malpartida.
Este interminable proceso de “reformulación” comenzó hace
más de un año, cuando el alcalde contrató a la señorita Britany Franco para
realizar un nuevo expediente técnico, con un costo de 41 mil soles. Sin
embargo, ya se había denunciado que la profesional, que apenas había comenzado
su carrera, no contaba con la experiencia suficiente para asumir tal
responsabilidad. Ahora, el propio Serna ha decidido que el expediente del techo
del coliseo, que él mismo contrató, será reformulado nuevamente.
Esta situación es, cuanto menos, desconcertante. El alcalde,
que al inicio de su gestión había asegurado que el expediente del techo,
elaborado por la anterior administración, estaba “mal hecho” y debía rehacerse
desde cero, argumentó que la Contraloría había recomendado dicho cambio. No
obstante, los especialistas en el tema han señalado que el cambio del material
de Aluzinc por Lona, como se propone, no es adecuado para la sierra, poniendo
en duda las justificaciones presentadas.
Además, Serna había prometido que este cambio reduciría los
costos, pero los hechos demuestran lo contrario. Muchas de las obras ejecutadas
durante su gestión, como la piscina municipal, la casa comunal de Cceñuaran y
el proyecto Warma Kuyay, han tenido costos adicionales que han superado las
estimaciones iniciales.
En medio de toda esta confusión, surge la pregunta: ¿Por qué
reformular un expediente que él mismo encargó? ¿Está mal el expediente técnico
que él aprobó? Es relevante recordar que el coliseo Nación Chanka ya debería
haber sido techado, pero la gestión de Serna decidió rescindir el contrato con
la empresa encargada de ejecutar la obra, lo que ha generado actualmente dos
arbitrajes.
La falta de claridad en la gestión, las promesas incumplidas
y los costos que siguen aumentando generan una sensación de incertidumbre y
frustración entre los ciudadanos de Andahuaylas, quienes aún esperan ver
resultados concretos en proyectos que ya deberían estar finalizados. Mientras
tanto, la Contraloría sigue ausente en este complicado escenario.