Abancay, 17 de junio de 2025.-  La falta de una ambulancia no ha sido obstáculo para que los trabajadores del Centro de Salud de Lambrama sigan salvando vidas. Ante el creciente número de accidentes de tránsito en esta localidad, el personal ha debido improvisar una solución: acondicionan una camioneta con colchonetas, frazadas y una barra metálica en la tolva del vehículo para sostener las bolsas de suero y trasladar a los heridos de forma segura.

Roger Espinoza, trabajador del establecimiento, denunció públicamente la crítica situación que enfrentan. El distrito de Lambrama, que forma parte de la Red de Salud Abancay, se ha convertido en un corredor permanente de transporte pesado, especialmente por la actividad minera artesanal. Se estima que más de 500 vehículos, en su mayoría volquetes, transitan diariamente por la zona, lo que ha provocado un aumento sostenido de accidentes de tránsito.

“El personal hace lo imposible por atender las emergencias. No tenemos ambulancia, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados cuando alguien se está desangrando o necesita atención urgente”, expresó Espinoza con evidente preocupación.

A pesar de estas condiciones adversas, el compromiso del equipo médico y de salud no ha disminuido. Sin embargo, preocupa el silencio de las autoridades del sector, quienes —según versiones locales— no gestionan las necesidades del establecimiento, posiblemente por temor a represalias administrativas.

Dos fallecidos en trágico accidente de tránsito

La realidad que denuncia el personal de salud quedó nuevamente en evidencia este fin de semana. En la carretera Lambrama–Chuquibambilla, un vehículo Toyota Corolla de placa F7L-670 se despistó, dejando como saldo dos personas fallecidas.

Las víctimas fueron identificadas como el licenciado Hernán Tello Castro, docente egresado de la Escuela Profesional de Educación con especialidad en Matemática e Informática, y el licenciado Franklin Chiclla Kari, docente egresado de la Escuela Profesional de Educación Física y Danzas. Ambos eran reconocidos profesionales formados en la Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac (UNAMBA), y su repentina partida ha generado profunda consternación en la comunidad educativa y en la población de Lambrama.

Este nuevo hecho enluta a la región y pone nuevamente en evidencia la urgente necesidad de fortalecer el sistema de salud local, dotar de ambulancias al personal que atiende en zonas de alto riesgo y garantizar la seguridad vial en tramos con alta carga vehicular minera.