El deslizamiento ocurrido en la madrugada del lunes interrumpió completamente el tránsito en una ruta clave para el sur de Apurímac. Autoridades advierten que los huaicos podrían intensificarse ante el aumento de las lluvias y la falta de obras de prevención.
Un nuevo huaico registrado en la quebrada de Mazupampa volvió a dejar aisladas a las provincias apurimeñas de Aymaraes y Antabamba, tras bloquear por completo la carretera que las conecta. El deslizamiento, ocurrido durante la madrugada del lunes, cubrió la vía con una mezcla de lodo, piedras y restos vegetales, dejando a varios vehículos varados y a decenas de pasajeros sin posibilidad de continuar su trayecto.
Testigos relataron que los viajeros debieron cruzar la zona
afectada a pie, cargando su equipaje entre el barro y el riesgo constante de
nuevos deslizamientos. Entre los vehículos detenidos figuran unidades que
cubren la ruta Abancay–Antabamba, transporte fundamental no solo para los
pasajeros sino también para el abastecimiento de productos de primera necesidad
hacia las comunidades más alejadas de la zona alta de Apurímac.
Transportistas y pobladores denunciaron que este tipo de
emergencias se repite cada temporada de lluvias, sin que hasta la fecha se haya
ejecutado un proyecto definitivo de canalización o defensa ribereña en la
quebrada de Mazupampa. La falta de mantenimiento, la acumulación de sedimentos
y la ausencia de obras de drenaje convierten a este tramo en uno de los puntos
más críticos de la red vial regional.
“Cada año ocurre lo mismo. Pedimos limpieza, encauzamiento,
pero nadie hace nada. Cuando llueve fuerte, el huaico baja con fuerza y corta
la carretera”, señaló un conductor afectado.
Las autoridades locales advirtieron que, ante el incremento
de las precipitaciones, el riesgo de nuevos huaicos es inminente, por lo que
instaron al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y al Gobierno
Regional de Apurímac a intervenir de forma urgente. Temen que, de no hacerlo,
un evento de mayor magnitud pueda dejar víctimas o aislar completamente a las
provincias del sur.
“Esta vía no solo conecta pueblos, sino que permite
trasladar enfermos, productos y ayuda. Su abandono refleja la falta de atención
a las zonas más vulnerables de la región”, expresó un representante comunal de
Antabamba.
Mientras se esperan acciones concretas, los pobladores y
transportistas continúan sorteando el barro, las rocas y la indiferencia
institucional, en una carretera que, más que una ruta de conexión, se ha
convertido en un símbolo del abandono estructural del interior del país.